Altube controla un balón ante la defensa gallega en el Ebro - Celta | CD Ebro / Adrián Monserrate

Excesivo castigo en La Romareda (0-5)

La pegada de primera del Celta condena a un Ebro serio y luchador que plantó cara mientras pudo en la primera ronda de Copa del Rey

El que hace lo que puede no está obligado a más, y los jugadores del CD Ebro se dejaron todo lo que tenían sobre el césped de La Romareda. Sin embargo, el esfuerzo titánico no fue suficiente ante todo un Celta de Vigo que aprovechó su pegada, de Primera, y su efectividad de cara a portería para endosar un 0-5 que se antoja demasiado abultado a tenor de lo visto sobre el terreno de juego.

El partido comenzó con el Celta haciendo valer su condición de equipo de la máxima categoría y controlando el esférico, aunque el buen posicionamiento del Ebro impidió a los gallegos crear ocasiones claras de gol en los primeros minutos. El tiempo corría y los arlequinados se empezaban a sentir cómodos, oliendo la sangre en rápidas transiciones tan pronto como conseguían robar la pelota.

Sin embargo, pasada la media hora comenzaron los problemas: primero Rubén salvó el gol visitante con un paradón a bocajarro, pero apenas unos minutos después los gallegos se adelantaron por medio de Santi Mina, quien ya anotó gol al Ebro en la Copa del Rey 2018 vistiendo la camiseta del Valencia. El conjunto arlequinado quedó algo confuso tras el gol, pero cuando empezaba a reponerse y a volver a su mejor versión llegó el mazazo del segundo; Solari puso el 0-2 con un golazo inapelable que quitó las telarañas de la escuadra y así se llegó al descanso.

En la reanudación el Ebro continuó serio, especialmente en el trabajo sin balón, pero la pegada de un equipo de Primera como el Celta fue demasiado para los arlequinados. Franco Cervi puso el 0-3 en el 54’ tras una acción individual de muchos quilates y, sin tiempo para reaccionar, el argentino consiguió el doblete apenas tres minutos después.

El Ebro tuvo entonces una muy buena ocasión en botas de Chárlez tras una jugada en la que intervino prácticamente todo el equipo jugando el balón desde atrás, pero el disparo se marchó fuera. También tuvo la suya Oier Sarriegi a la salida de un córner, y nuevamente Chárlez tras un balón al espacio de Marvin, pero no era la noche de los delanteros arlequinados. Apenas unos segundos antes de que Mateu Lahoz señalara el final, Fontán hizo el 0-5 definitivo en la última jugada del partido.

«Hoy veníamos únicamente a recoger un premio»

El entrenador del CD Ebro, Raúl Jardiel, le quitó peso al resultado y se centró en lo positivo del encuentro. «Hoy las sensaciones iban a ser buenas pasase lo que pasase; veníamos únicamente a recoger un premio de poder disfrutar este partido contra un equipazo que, además, solo se ha dejado en casa a Iago Aspas y porque ha sido padre», explicó, a la par que agradeció el esfuerzo de sus futbolistas. «Les he felicitado porque su esfuerzo ha sido tremendo: el hecho de perder 0-5 no empaña ese buen comportamiento de los jugadores ni la valoración que vamos a hacer del partido», subrayó.

Por su parte Nando Quesada, que vistió el brazalete de capitán, también se quedó con una lectura positiva de lo acontecido en el césped de La Romareda. «No es el resultado que esperábamos; estoy muy contento por el trabajo y el esfuerzo de mis compañeros, ha sido una noche inolvidable pero la diferencia de nivel se ha hecho notar», manifestó el 8 arlequinado, que también agradeció «la humildad» mostrada por los jugadores del Celta en todo momento.

Asimismo, Nando remarcó que el equipo respondió al mensaje de inicio, que no era otro que ser valiente con la pelota. «Era una noche para mostrarse y tener personalidad y así ha sido; no hay nada que reprochar al equipo. Lo que quiero transmitir a mis compañeros es que no todo el mundo puede jugar este tipo de partidos, y son noches que hay que guardar en la memoria para siempre», concluyó.

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